CENTRO EN DOWNTOWN MIAMI
El viernes pasado fui a Centro – lounge y restaurante en el Hotel Conrad, 1395 Brickell Avenue. En realidad tiene más de club que de lounge. En cuanto a la parte de la cocina, no les puedo decir nada pues llegué después de la hora de la cena. La música es una mezcla de electrónica, latina, rock, los 90s, los 80s. Los “mixes” del DJ estuvieron muy buenos. Hay un tipo que toca la batería y los tambores al mismo tiempo de las mezclas. También hay unas chicas que bailan en sendas tarimas. Y lo mejor es que tanto hombres como mujeres pueden entretenerse la vista… la gente en Miami es linda.
Llegué a este lugar para encontrar a un chico que conocí la semana pasado. Es un niño de apenas 23 años, pero por alguna razón me sentí atraída hacia él. Creo que su necesidad de sentirse protegido y mi necesidad de protegerlo fue lo que logró el efecto. Pensé que se iba a alegrar con la sorpresa, pero nada que ver. Lo interesante del caso es que no me sentí desanimada; decidí tomarme un trago y quedarme a disfrutar de la música y a observar.
Me gusta tratar de imaginarme qué pasa detrás de cada una de las personas que veo. Es sencillamente fascinante. ¿Qué pasa detrás de los rostros excesivamente maquillados, de las camisas y pantalones de diseñador, de las siliconas? ¿Cuáles son las razones reales que motivan a cada una de estas personas a estar en este lugar?
Casi al final de la noche, conocí a alguien de lo más interesante. Cuando lo vi entrar mi primer pensamiento fue algo así como “este hombre es alguien con quien me gustaría conversar”. No me sentí físicamente atraída a él; no es realmente mi tipo. Nos pasamos la noche entera conversando. Irradiaba tanta energía positiva que era imposible no sentirse cautivada. Es una de esas experiencias extrañas e inexplicables. Este hombre fue tan especial en aquel momento que aún si no lo vuelvo a ver, su misión de darme un corrientazo de esa energía ya fue cumplida.
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