FANNY HILL: MEMORIAS DE UNA CORTESANA
Hace unos meses uno de mis amigos me recomendó leer el libro “Fanny Hill: Memorias de una Cortesana” de John Cleland. Para aquellos que, como yo, nunca habían escuchado hablar de este libro, fue una de las primeras novelas eróticas escrita en 1748 y 1749.
Para ser justos me parece que novela es un género que le queda un poco grande. Considerando la versión que leí, el libro no es más que un folletín porno en el que los órganos sexuales masculino y femenino tienen nombres floreados como “campeón de cabeza roja” y “mi más tierna parte” (el libro está narrado a manera de carta de Fanny a una señora desconocida).
El autor escribió estas cartas mientras estuvo en la cárcel (por razones ajenas al libro). Es una especie de desahogo y de imaginar fantasías para matar el tiempo. Sólo excita el morbo que hay en cada uno de nosotros… aunque al final trata de reivindicar y dar la lección de que una relación sexual satisfactoria sólo puede ser obtenida a través del verdadero amor y la virtud – esto es discutible pero es tema de otra conversación.
Como dije antes, fuera de excitarnos un poco, esta obra no tiene mayor trascendencia. Tiene muchos lugares comunes, no tiene gran valor literario, por no decir ninguno, ni siquiera se puede utilizar como manual de educación sexual. Aunque, para ser justos, hay que decir que John Cleland parecía tener cierto conocimiento de la sexualidad femenina…
Personalmente, prefiero libros como “El Dulce Veneno del Escorpión” de Bruna Surfistinha. En él, además de contar sus aventuras como ‘call girl’ da lecciones en educación e higiene sexual, cómo liberarse de ciertos tabúes y algunos tips para mantener una vida sexual interesante y variada, especialmente si es con la misma persona.
La sexualidad humana siempre seguirá siendo tema de conversación, de la literatura, de nuestro interés. La creatividad radica en la forma de abordarlo y, mejor aún, de vivirla.


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